El escritor Roberto Tejela concluye con 'La cultivadora de orquídeas' su trilogía de novela negra.
El narrador cuenta la trepidante huida de
dos mujeres que no pueden desprenderse de su pasado.
Lesbianismo, sexo, drogas, crimen,
infidelidades, traiciones. Lanovela negra ha abierto paso a un género tan
actual como antiguo: el 'pulp fiction lésbica, que apareció en Estados Unidos a
mediados del siglo pasado y que ahora recupera terreno con 'La cultivadora de
orquídeas', el libro con el que el escritor Roberto Tejela (Madrid, 1953) concluye
su trilogía colombiana.
Tras narrar la caída de un hombre en el
narcotráfico en el 'Narco consorte' y el secuestro exprés de un
español en Bogotá en un 'Un paseo millonario', ambas novelas con tintes
autobiográficos, Tejela cruza el charco y ambienta la escena de su nueva
ficción entre España y Portugal. El narrador cuenta la trepidante huida de dos
mujeres que no pueden desprenderse de su pasado. Se trata de un viaje
emocional. Un periplo a lo 'Thelma y Louise' reencarnadas en Yerma y
Winona, las protagonistas de 'La cultivadora de orquídeas'.
Las mujeres cruzan sus caminos en busca del
calor del hogar y del amor sincero, pero, como en las novelas de Tejela nada es
lo que parece, rápido surgen fantasmas que romperán de cuajo su visión idílica
de la pasión. Un nuevo escenario donde el escritor se mueve como pez en el
agua, con un lenguaje narrativo muy personal, diálogos constantes y finas
descripciones de lugares y hechos.
La secuencia de la trama es lineal. Arranca
en Madrid un 28 de junio y concluye un 28 de diciembre en Lisboa. Apenas medio
año. Un breve lapso que supone rapidez argumental y ausencias de saltos
narrativos. Una técnica con la que Tejela trata de mantener la atención del
lector. Sus fetiches de la novela, Yerma y Winona, no sólo aportan el peso
narrativo sino que tratan de reflejar los secretos y las contradicciones del
ser humano, sus conductas oscuras y sorprendentes. Un compendio argumental que
ha acompañado en vida a Tejela desde que llegó a Colombia hace 27 años.
"Me quedé tan sorprendido por lo que vi, olí, oí y paladeé, que, a mi
regreso a España, me propuse contarlo", señala el escritor madrileño,
antiguo piloto aéreo y viajero infatigable.
COLPISA, Mateo Balín
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